El misterioso mundo del líquido amniótico
Por: Mtra. Samara Abigail Rodríguez Flores sam.rofl185@gmail.com y Dra. Verónica Zaga Clavellina v.zagaclavellina@gmail.com
Fecha de publicación: 02/07/25
La Mtra. Samara Abigail Rodríguez Flores es Bióloga Experimental egresada de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), realizó la Maestría en Ciencias de la
Salud en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y actualmente ejerce Servicios
Profesionales en el Instituto Nacional de Perinatología (INPer). El enfoque del
trabajo que realiza en el INPer se centra en la investigación de los efectos
inmunomoduladores de diferentes moléculas de la interfase materno-fetal en
ambientes inflamatorios utilizando como modelos experimentales células y tejidos
extraembrionarios humanos, con el fin de contribuir a la investigación del parto
pretérmino.
Nos comparte la siguiente información:
Durante la gestación, el bebé se encuentra flotando en el líquido amniótico, un entorno que desempeña un papel fundamental en su protección y desarrollo. Este fluido reduce el impacto de los movimientos maternos y fetales al permitir que el bebé se mueva libremente, ayuda a regular la temperatura fetal, posee propiedades antimicrobianas que reducen el riesgo de contraer infecciones e inflamación intraamniótica y, al ser ingerido por el bebé, contribuye al desarrollo de los pulmones, los huesos y el tracto digestivo (1-3).
En cuanto a su composición, el líquido amniótico está formado principalmente por agua, aunque también contiene, filtrado renal, secreciones pulmonares y células que se desprenden del amnios, la piel y el sistema respiratorio del bebé, así como hormonas y electrolitos (1).
Además, el volumen del líquido amniótico aumenta conforme avanza la gestación. Durante los primeros tres meses alcanza aproximadamente 50 mL, para el cuarto mes incrementa a 150 mL y, para el octavo mes, puede alcanzar entre 500 y 2000 mL (rangos normales). Es importante mencionar que, al final del embarazo, este volumen se reduce hasta en un 50% con respecto al máximo alcanzado (3).
Sin embargo, hay ocasiones en las que el volumen de líquido amniótico no es el adecuado, lo que puede provocar diferentes complicaciones en el bebé. Cuando el nivel de líquido amniótico es menor al rango normal, se denomina oligohidramnios, y cuando es mayor, se conoce como polihidramnios (1-3).
Ante estas y otras circunstancias, puede ser necesario conocer, de manera prenatal, el estado físico y genético del bebé. Una de las técnicas con las que podemos conocer esta información es la amniocentesis, la cual consiste en extraer líquido amniótico con el fin de obtener células fetales. Este procedimiento puede realizarse a partir de la semana 16 de gestación, únicamente si el médico lo indica. Las células fetales permiten diagnosticar defectos genéticos y neuronales, conocer la madurez pulmonar y descartar infecciones o inflamación intraamniótica (4).




Referencias
Lord M, Marino S, Kole M. Amniotic Fluid Index(Archived) [Updated 2025 Feb 6]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2025 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK441881/
Crosland BA, Hedges MA, Ryan KS, D'mello RJ, Mccarty OJT, Malhotra SV, Spindel ER, Shorey-Kendrick LE, Scottoline BP, Lo JO. Amniotic fluid: its role in fetal development and beyond. J Perinatol. 2025 May 8. doi: 10.1038/s41372-025-02313-1. Epub ahead of print. PMID: 40341778.
Khan IU, Aslam N, Anis FM, Mirza S, AlOwayed A, Aljuaid RM, Bakr RM. Amniotic Fluid Classification and Artificial Intelligence: Challenges and Opportunities. Sensors (Basel). 2022 Jun 17;22(12):4570. doi: 10.3390/s22124570. PMID: 35746352; PMCID: PMC9228529.
Cruz-Lemini M, Parra-Saavedra M, Borobio V, Bennasar M, Goncé A, Martínez JM, Borrell A. How to perform an amniocentesis. Ultrasound Obstet Gynecol. 2014 Dec;44(6):727-31. doi: 10.1002/uog.14680. PMID: 25449117.